Figura 1. Dr. Oscar Ivanissevich, iniciador de la cirugía plástica en Argentina.

Figura 2. Dr. Ernesto Malbec, uno de los pioneros de la cirugía plástica argentina.

Introducción

El doctor Héctor Marino (1905-1996), destacado cirujano plástico argentino, fue uno de los primeros cirujanos plásticos en Latinoamérica. Profesor de la Escuela de Posgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador y primer director de la Carrera de Especialización en Cirugía Plástica. Jefe del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital de Oncología “María Curie”. Miembro de Número de la Academia Nacional de Medicina. Miembro Honorario de la Asociación Médica Argentina. Presidente de la Academia Argentina de Cirugía. Presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica 1,2.

Marino escribió en los últimos años de su vida tres crónicas de viajes (1935, 1938 y 1944-1945) así como recuerdos y anécdotas de distintas épocas de su vida 3-6. A continuación, transcribimos, con algunos retoques, tres de ellas que llevan los títulos “Academia Argentina de Cirugía”, “Sociedad Argentina de Cirugía Plástica” y “Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador”.

En la primera anécdota recuerda su actuación en la Academia Argentina de Cirugía y menciona a grandes figuras de la cirugía de aquella época, el Dr. José Arce (del Hospital de Clínicas), su discípulo el Dr. Oscar Ivanissevich y los hermanos Enrique y Ricardo Finochietto (del Hospital Rawson). Eran las dos escuelas quirúrgicas más importantes y competían entre sí. En cuanto a Oscar Ivanissevich (1895-1976) fue uno de los iniciadores de la cirugía plástica en Argentina y uno de sus discípulos fue el Dr. Miguel Correa Iturraspe. En su juventud fue futbolista en Alumni Athletic Club, luego médico y además un político importante (Figura 1).

En la segunda anécdota se refiere a su actuación en la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y menciona a los Dres. Ernesto Malbec y Aníbal Tambella. Recordemos que también había una rivalidad entre ambos grupos de colegas, los seguidores de Marino y los de Malbec. Señalemos que Ernesto Malbec (1903-1991) nació en Avellaneda, provincia de Buenos Aires y se recibió de médico en la Universidad de La Plata. Fue un apasionado del fútbol, primero jugador y luego dirigente de Racing Club de Avellaneda. Además, fue presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), elegido por unanimidad en 1935. Tenía una personalidad polifacética y de gran liderazgo. Se inició en el Hospital Fiorito de Avellaneda y finalizó su carrera en el Hospital Ramos Mejía de la ciudad de Buenos Aires (Figura 2).

En la tercera anécdota cuenta sobre su actuación en la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador y menciona la participación de los Dres. Benaim, Fernández-Humble, Gandolfo, Mallo, Maquieira y Sturla, en cada uno de sus hospitales donde enseñaban la especialidad7-9. Señalemos que la carrera de especialización en cirugía plástica fue la segunda en implementarse en el posgrado de esta universidad, la primera en el país y pionera en Latinoamérica.

Academia Argentina de Cirugía

Esa fue una institución a la cual estuve ligado desde que me recibí de médico por vínculos familiares, pues mi padre, Don Salvador, era su tesorero permanente. No llegó a ser presidente de ella porque se le exigía naturalizarse argentino y él no quiso renunciar a su nacionalidad italiana. En verdad, desde que empecé mi carrera, concurría fielmente a las reuniones de los miércoles –en la Asociación Médica Argentina (AMA)– por dos razones: para instruirme y también para no perder las feroces peleas entre sus miembros más conspicuos que, en ciertos casos, llegaba a prometerse ir a las manos (recuerdo una vez que Ivanissevich (Figura 1) desafió a un colega miembro de la Academia a salir de la AMA, a pelearse a la calle Santa Fe).

En la Academia era patente y permanente la animadversión entre las Escuelas, por ejemplo, la de Arce y la de Finochietto, basadas en antiguas injurias o en acusaciones sin mucho fundamento, pero sobre todo en el terreno político. Por ejemplo, un tema que suscitó terribles discusiones fue cuál de las dos escuelas había descubierto la conveniencia de provocar la adhesión de las pleuras parietal y visceral para abordar a través de dicha adherencia quistes hidatídicos o abscesos de pulmón.

Finalmente, entré en un concurso de miembro de la Academia contra cirujanos generales –era la primera vez que lo hacía un cirujano plástico– y continué con mi fidelidad llevando a ese ambiente todos los trabajos que publiqué en lo sucesivo, para culminar como Presidente de la Academia Argentina de Cirugía en los años 1968 y 1969.

Vale recordar que la Academia Argentina de Cirugía se inició como Sociedad de Cirugía de Buenos Aires en 1911, imitando a la antigua y prestigiosa Sociedad de Cirugía de París. Luego, en 1939, pasó a denominarse Academia Argentina de Cirugía (igual fenómeno ocurrió mucho antes con la mencionada Sociedad de París). En 1954, por razones políticas, volvía a llamarse Sociedad de Cirugía de Buenos Aires. Y finalmente, en 1968, durante mi presidencia, recuperó su denominación de Academia, que continúa en la actualidad.

Sociedad Argentina de Cirugía Plástica

En ese tiempo se estaba pensando en la necesidad de crear un organismo rector de la misma, bajo forma de una asociación de especialistas en cirugía plástica. Acá vale señalar que en los principios fueron reuniones de intercambio de observaciones, casos y enfermos que terminaban con ágapes, que luego se fueron complicando en tal forma que resultaban banquetes onerosos.

En todo este proceso, la acción de Ernesto Malbec (Figura 2) se unió a los de otros especialistas que perseguían los mismos fines y en la cual indudablemente tuvo acción preponderante y, al fin, se concretó en la idea de la fundación de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica en el año 1952. Al año siguiente fue la elección de autoridades, que se hizo honestamente y fui elegido primer presidente de la Comisión Directiva. Esto dio lugar a la ira del colega Malbec quien inmediatamente empezó a organizar su propia Asociación de Cirugía Plástica Argentina. Yo me di cuenta del peligro futuro de dos Sociedades Argentinas en el ámbito internacional y, por lo tanto, renuncié inmediatamente con lo cual Malbec consiguió su anhelo de ocupar la presidencia con una comisión de seguidores y la promesa de que yo sería el segundo presidente. De esa forma nació la actual Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, que luego, a partir de Buenos Aires, se extendería con filiales a todo el país. Esta es en verdad la historia de la Sociedad en la cual no sólo Malbec sino muchos más pusieron su acción para constituirla.

En la década del ’50 se iniciaron las primeras jornadas que reunían a los cirujanos plásticos del país. Unas, eran las Jornadas Rioplatenses de Cirugía Plástica; y otras, las Jornadas de Cirugía Plástica del Interior. Finalmente, en noviembre de 1971, se realizó el primer Congreso Argentino de Cirugía Plástica, en Bariloche, bajo la presidencia del doctor Aníbal Tambella; y así se sucedieron en forma anual y en distintas ciudades del país. Durante varios años nos distinguieron a Malbec y a mí, como Presidentes de Honor de estos congresos. En 1970, la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica me nombró Cirujano Plástico Maestro.

Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador

Si bien durante mi vida yo había hecho mucha docencia, principalmente en la Escuela Quirúrgica Municipal para Graduados, no tenía, propiamente dicho, experiencia universitaria. Cuando, en 1974, un grupo de discípulos liderado por Maquieira, que hacía tiempo se reunían por inquietudes y proyectos científicos relacionados con la especialidad, me vino a ver con la intención de crear una Carrera de Postgrado de Cirugía Plástica en la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador, recibí la propuesta muy complacido e interesado. Esto coincidía, más o menos, con mi jubilación y se complementaba con mis otras actividades.

Al principio las autoridades universitarias me nombraron, como jefe de este grupo de cirujanos, con el título de Profesor Titular, lo que fue aceptado sin inconvenientes dado que a ellos se les otorgaba el puesto de profesores adjuntos, pero, me di cuenta, que lo justo y conveniente era incentivar esas voluntades mediante un sistema que no disminuía en forma alguna mi autoridad, pero acrecentara su responsabilidad. Con ese fin, pedí al Decano, el Dr. Julio César Ortiz de Zárate que se nombrara profesores titulares a cada uno de los integrantes del grupo, yo renuncié como Profesor Titular y pasé a ser Profesor Consulto y quedé como Director de la Carrera.

El sistema ha dado excelentes resultados pues esos profesores titulares han creado toda la organización, reglamentos, sistemas de admisión, de exámenes y promoción que han hecho de esta institución el modelo de otras similares. Actualmente, la Carrera dura tres años y está dividida en dos períodos anuales que toman, cada uno, una sub-especialización.

Y se inició así: el profesor titular Fortunato Benaim, naturalmente a cargo de la sub-especialización Tratamiento del Quemado y se ocupa de esos aspectos de la cirugía plástica; el profesor titular Enrique Gandolfo, a cargo de la Cirugía Plástica Oncológica; el profesor titular Flavio Sturla, en la Cirugía Plástica Máxilo-facial; el profesor titular Raúl Fernández Humble, se ocupa de la Cirugía Estética; el profesor titular Oscar Mallo, enseña Cirugía Plástica Pediátrica; y el profesor titular Néstor Maquieira, se ocupa de la Cirugía Plástica Ortopédica, de miembros.

Cada uno de estos cirujanos plásticos ejercía su Cátedra: Benaím en la Fundación del Quemado, Gandolfo en el Hospital Oncológico, Sturla en el Hospital Aráoz Alfaro, Fernández Humble en el Hospital Pirovano, Mallo en el Hospital Gutiérrez, y Maquieira en el Hospital Castex. Este último actualmente me ha sucedido en el Hospital Naval. Maquieira al jubilarse en el Castex y por su eficaz acción con los heridos de la Guerra de las Malvinas en el Hospital de Campo de Mayo, conquistó este merecido puesto en el Hospital Naval, sustituyéndome a mí en la preparación de ese aspecto en la educación de los Oficiales Médicos Navales.

A mí, durante toda mi gestión, me quedaron funciones de relaciones públicas y de inspección, mediante visitas mensuales a las diferentes Cátedras para asegurar la homogeneidad de la enseñanza. En esta tarea me acompañaba como secretario el dinámico Flavio Sturla. Esto lo realicé hasta que me retiré en 1990, dejando en mi cargo, como Director de la Carrera al Dr. Maquieira, persona inquieta y dedicada, que aún se desempeña a mi entera satisfacción.

En resumen: puedo decir que se ha creado una Carrera seriamente organizada, que otorga un título de Especialista que tiene importancia preferencial, especialmente para los médicos extranjeros, a la cual no se pueden inscribir advenedizos pues se les exige a los candidatos por lo menos tres años previos de Cirugía General y preferentemente, de Residencia en esa materia.

En 1977, Maquieira duplicó el exitoso proyecto de la Universidad, en la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y se llamó Curso Superior de Especialización en Cirugía Plástica (trienal), con los mismos profesores y hospitales; y que continúa en la actualidad.

Conclusión

En esta cuarta parte de nuestra publicación sobre recuerdos y anécdotas del Dr. Héctor Marino, destacamos su trayectoria en la Academia Argentina de Cirugía, la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y en la Escuela de Posgrado de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador, donde tuvo una activa participación y en dos de ellas fue de tipo fundacional. La actividad en estas instituciones, al final de su trayectoria profesional, llegó a ser simultánea. Alcanzó en las tres su máximo grado, siendo presidente en las dos primeras y Profesor Titular y Director en la tercera.

Esta serie de artículos pretende recordar la figura de don Héctor Marino y los primeros años de la cirugía plástica argentina, ante las futuras generaciones de cirujanos plásticos, para que tengan modelos y ejemplos a seguir en estos tiempos actuales10-12.

1. Losardo, R.J.: Semblanza del Académico Profesor Doctor Héctor Marino. Revista de la Asociación Médica Argentina, 2018; 131 (2): 4-6.

2. Losardo, R.J. & Marino, H.S.: Héctor Marino. Pionero de la Cirugía Plástica Latinoamericana. La Prensa Médica Argentina, 2023; 109 (2): 64-74.

3. Losardo, R.J.: Dr. Héctor Marino. Crónica de viaje: Alemania e Inglaterra, 1935. Revista ALMA Cultura & Medicina, 2019; 5 (1): 51-57.

4. Losardo, R.J.: Dr. Héctor Marino. Crónica de viaje: Estados Unidos, 1938. Revista ALMA Cultura & Medicina, 2019; 5 (2): 8-16.

5. Losardo, R.J.: Dr. Héctor Marino. Crónica de viaje: La Segunda Guerra Mundial. Revista ALMA Cultura & Medicina, 2019; 5 (3): 6-12.

6. Losardo, R.J.: Dr. Héctor Marino. Recuerdos de los Congresos Internacionales de Cirugía Plástica. Revista ALMA Cultura & Medicina, 2022; 8 (1): 48-61.

7. Losardo, R.J.: Dr. Miguel Correa-Iturraspe: La cirugía plástica que ha vivido. La Prensa Médica Argentina, 2023; 109 (3): 101-120.

8. Losardo, R.J.: Semblanza del Académico Profesor Doctor Fortunato Benaim. Revista de la Asociación Médica Argentina, 2021; 134 (4): 6-8.

9. Losardo, R.J.: Oscar V. Mallo. Pionero de la cirugía plástica infantil argentina. La Prensa Médica Argentina, 2024; 110 (3): 123-130.

10. Losardo, R.J.: Recuerdos y anécdotas del doctor Héctor Marino: primera parte. Revista Argentina de Cirugía Plástica, 2024; 30 (4): 343-345.

11. Losardo, R.J.: Recuerdos y anécdotas del doctor Héctor Marino: segunda parte. Revista Argentina de Cirugía Plástica, 2025; 31 (1): 26-28.

12. Losardo, R.J.: Recuerdos y anécdotas del doctor Héctor Marino: tercera parte. Revista Argentina de Cirugía Plástica, 2025; 31 (2): 78-81.

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Recuerdos y anécdotas del doctor Héctor Marino: cuarta parte

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